
Lanzando por largo, a la punta de la izquierda, es donde se sintió más pescado.

Zona derecha de la calada, con muchas piedras rebosantes de percebes y mucho aliciente para que entrara el pescado.
Pasión por la pesca en la mar y su gastronomía.





El lugar de pesca elegido no fué fácil ya que había un nordeste muy fuerte que no dejaba pescar. Después de mirar en muchos sitios, me decidí por este ya que el viento, aunque fuerte, ´me entraba justo de espalda, con lo que el sedal no se me me movía a los lados. Lancé a una poza de arena que estaba entre piedras, con lo cual el exceso de mar frenaba algo y mantenía la misma con la espuma suficiente para intentar la pesca.
Este sargo fué el mas grande y pesó 1,400 bastante peleón, menos mal que tenía la caña en la mano, porque enseguida se tiró a unas piedras laterales para intentar partir el sedal, pero pude aguantarlo y al final lo saqué.
El resultado final de la pesca, ya en casa y listo el pescado para limpiar y desescamar, labor que en la mayoría de los casos que conozco, nos corresponde a nosotros. No sé por qué, pero todas las parientas de pescadores, no quieren saber nada de limpiar el pescado. A mi personalmente me gusta, para saber con qué se han cebado ultimamente.




Después de una jornada de pesca fallida por la zona de Finisterre, ya que la mar estaba como una pota, nos decidimos a darnos un pequeño homenaje, en forma de cena. Visitamos el restaurante "Tira do Cordel", en la misma playa de Langosteira.